Gracias por estar siempre conmigo.

Sabes que me ayudas a ser quien soy, de noche, de día, cuando estoy sola, cuando estoy acompañada, cuando simplemente no quiero estar...

Supongo que serás mi Angel de la Guarda, sobretodo después de que pasara lo que pasó aquella noche.

Muchas veces pienso en ti, recuerdo tu sonrisa,esa sonrisa tan digna de ver, aunque también tus broncas (que siempre, en cierta forma, me vinieron bien para llegar hasta aquí)

Nunca te olvidaré y espero que siempre, estés donde estés, me ayudes si lo necesito.

Ahora echo en falta muchas cosas que antes no veía, tal vez no lo necesario(nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes).

Sé que ahora mismo estás aquí conmigo y no me asusta, al contrario...me tranquiliza saber que nada me pasará entonces...

bueno...y con esto ya me despido.

Sabes que te quiero mucho y que nunca te olvidaré.

Un Gran Beso Y Un Fuerte Abrazo Desde Aquí Abajo.